La tecnología cada vez nos ha permitido utilizar nuevos y distintos materiales para la construcción de nuestras viviendas, hace siglos únicamente podíamos construir casas rústicas de piedra en el campo y la tecnología constructiva no nos alcanzaba para meter grandes huecos para meter ventanas.
A causa de las guerras mundiales del S.XX, se popularizó la construcción con concreto armado por la velocidad y costo que este material permitía, y gracias a ello, la experimentación espacial arquitectónica evolucionó, ya que ahora podían construirse claros sin columnas intermedias mucho más amplios.
Se dejaron a un lado los adornos excesivos que no aportaban nada a la habitabilidad, como las columnas de orden clásico (dórico, jónico y corintio) que únicamente encarecían las construcciones.
Fue así como comenzó a desarrollarse el minimalismo, que más que un estilo arquitectónico, es una forma de ver la vida, sin excesos.
Diseñar y construir una casa moderna en el S.XXI significa responder a todo el proceso histórico antes mencionado, y querer construir un revival de estilos antiguos (casas estilo victoriano, colonial, art Deco, etc) significa caer en un falso histórico y negar nuestro proceso histórico como civilización.
En nuestro despacho de arquitectura, sabemos que no existe un manual de cómo diseñar una casa moderna, pero lo que sí tenemos claro, es que los arquitectos tenemos un compromiso con el contexto histórico en el que vivimos, lo que construyamos hoy dejará una huella tangible de nuestros tiempos.